Acabo de bajar la basura. Aprovechando la salida de casa, me he fumado un cigarro para no contaminar de humo la casa y me he quedado eclipsado mirando la calle, al lado del contenedor de basura.
A veces me dan estas pequeñas locuras, o corduras, me quedo mirando las luces de neón, observo la gente pasar, dejo perderse mi mirada por las tenues sombras de los árboles del parque, cosas así.
Trato de no pensar en nada, sólo observo. Me resulta muy fácil tratar de pensar en qué vida podrían llevar los que se cruzan conmigo, en lo que estarán haciendo dentro de las habitaciones cuyas luces encendidas delatan vida, dónde irán los coches que pasan ………..
Por eso lo difícil es parar de pensar, parar de imaginar, sólo ver, sólo mirar, sólo observar.
No tardan en aparecer detalles que seguramente llevan allí toda la vida, la mía y la de los que me dieron vida, pero que nunca he reparado en ello.
Siempre hay algo viejo que aparece como nuevo a la vista del que mira.
Y así, mirando, observando, me sorprendí con las manos en los bolsillos, al borde del bordillo, disfrutando de una preciosa noche y con tantas cosas por hacer.
Creo que debo de ir a tirar la basura mucho más a menudo, mi madre lo agradecerá mucho, pero yo aún más. Acabo de beberme un gran sorbo de serenidad, esa es la palabra justa.
¿Y para cuando lo de tirar Solamente tu propia basura?
By: quierodormir on septiembre 2, 2009
at 5:06 am
Para cuando mi ascenso, je je je je je je je je je.
By: barrenado on septiembre 2, 2009
at 7:02 pm
Hay quienes piden observar determinadas cosas (véase primer plano de ojos) y cuando se les concede lo pedido, se olvidan de ir a mirar…
By: Raquel on septiembre 5, 2009
at 12:36 pm